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Llevar los chequeos de salud a áreas de difícil acceso está cambiando vidas

Por su propia experiencia, Dora Arcia sabe lo importante que es llevar los chequeos a los lugares de difícil acceso. Hoy desde la Secretaría de Salud de Antioquia participa en “Rutas Saludables, Mujeres en territorios”, una iniciativa de Roche Colombia para articular al sector público y privado y realizar tamizajes de cánceres femeninos en territorios vulnerables del país.

A Dora no le gusta usar la palabra obstáculo, prefiere hablar de nudos. Esa elección semántica encierra un modo de vida: el obstáculo es un freno que hay que sortear; el nudo es algo que se puede, justamente, desanudar. 

A lo largo de 20 años de experiencia en atención sanitaria, la mitad de ellos en la asistencia y la otra mitad en la gestión de servicios, esta profesional colombiana ha sabido desatar varios enredos. Desde esa experiencia, asegura que hay una clave para hacerlo: el trabajo en equipo. 

Esto lo ha aportado para el éxito de “Rutas Saludables, Mujeres en territorios”, el programa liderado por Roche que articula  a actores públicos y privados y en el que ella participa desde su cargo como subsecretaria de Salud Pública de Antioquía. El proyecto está transformando el tamizaje de los cánceres femeninos en las regiones más alejadas de ese departamento del noroeste de Colombia.

Dora nació y se crió en el Bajo Cauca, una de las zonas más apartadas al norte de Antioquia y con mayores brechas económicas y sociales. Recuerda la expectativa con la que todo el pueblo esperaba la llegada de las jornadas sanitarias cuando ella era niña.

“Mi mamá y las otras vecinas estaban pendientes y decían ‘¡Pilas que vienen a vacunar a los niños! ¡Pilas que vienen a enseñarles cómo se cepillan los dientes!’. Lo vivíamos sobre todo con esperanza. Cuando llegaban, era finalmente una fiesta: una experiencia muy positiva a nivel individual y para la comunidad”, recuerda con nostalgia.

Haber estado en ese lugar ha sido para ella una motivación fundamental para su trabajo en pos de cerrar las brechas en el acceso a la salud de la población en general, y de las mujeres en particular. En las zonas rurales, que son muchas en Colombia, ellas están a cargo no solamente de los niños, los adultos mayores y las personas con discapacidad, sino que también trabajan solidariamente con sus parejas en el campo.

“Yo no puedo cuidar de nadie si primero no cuido de mí. Entonces esa es la invitación que les estamos haciendo a las mujeres: las estamos buscando a todas y a cada una de ustedes”, asegura. Desde la Gobernación de Antioquia, estas acciones están enmarcadas en la Estrategia Departamental del Cuidado.

El proyecto “Rutas Saludables, Mujeres en territorios”, liderado por Roche, tiene como meta aportar especialistas para los operativos de screening, ya que apunta justamente a eso: a ir al territorio a brindarles a esas mujeres la posibilidad de un chequeo para el que, de otra manera, deberían haber viajado entre cinco y ocho horas.

En la zona existen centros médicos, pero no para los tamizajes completos y específicos que propone esta estrategia. En solo seis meses ya se realizaron dos jornadas de detección de mama en las que participaron 800 mujeres. Entre el 8% y el 10% de las mujeres que han participado de las jornadas ha tenido acceso a ecografía mamaria y una de ellas un diagnóstico de cáncer de mama positivo, lo cual demuestra el impacto que es llegarle temprano al cáncer de mama para que esas pacientes puedan tener un mejor pronóstico.

Las jornadas siempre se organizan los sábados para que la comunidad esté más receptiva. Dora admite que son extenuantes: hay que recorrer largas distancias, a veces en lugares con temperaturas agobiantes y trabajar por muchas horas. A pesar del cansancio, ella siempre termina feliz y “con los ojos aguados” de la emoción. Y esa felicidad la genera la palabra que más escucha en esas horas: “Gracias”.

Afirma que ese agradecimiento de las mujeres es “hermoso”. “Pudiste hacer algo por una persona, acercar a esos sitios una oferta que sabemos que no habría podido tener si nosotros no lo hubiéramos hecho”, relata.

Dora admite que llevar adelante el programa implicó grandes nudos por desarmar. Uno de ellos fue la integración de los distintos sectores.

“Cuando propuse el plan en la secretaría, me dijeron que no era posible porque los aseguradores me iban a decir que no. ¿Pero, por qué me dirían que no si esto no sólo les sirve a los pacientes sino a ellos, porque si yo encuentro un paciente de manera oportuna va a ser más económico su tratamiento?”, argumentó.

Indagó qué acciones habían hecho antes y se encontró con que sólo les habían mandado un documento. Entonces, ella se reunió personalmente con cada asegurador y les explicó el plan. “Esa conversación cara a cara transformó todo: que yo mirara a los ojos al otro y le dijera ‘Queremos hacer esto, pero tú cumples un rol fundamental. Necesito que nos ayudes’.

La respuesta que recibió -admite- la sorprendió. Y fue la misma que le dan las mujeres en las jornadas: “Gracias”, por haberse tomado su tiempo y por haber logrado transmitir la importancia del proyecto. Así, los subió al barco y fue convenciendo a los municipios que facilitan los lugares donde se llevan adelante los controles.

En ese barco también cumplen una función imprescindible los líderes comunitarios, promotores de salud que identifican a las pacientes, convocan a las jornadas y son fundamentales en el éxito porque, claro, se necesita una demanda para esta oferta.

Además se sumaron asociaciones de sobrevivientes del cáncer de mama que tienen otro rol muy importante. “Nos sorprendió encontrar mujeres que no quieren hacerse el control. ‘Es probable que yo tuviera algo pero como no lo sé, estoy bien, estoy tranquila, no me pasa nada y puedo seguir con mi vida normal’, nos dicen”. Allí, la experiencia en primera persona de las integrantes del grupo Modo Rosa permite hacer un abordaje empático para que las mujeres puedan recibir información, ganar confianza y entender que lo importante es realizar el diagnóstico temprano.

Para Dora, en momentos en que en muchos países se aviva el debate entre lo público y lo privado, la experiencia de “Rutas Saludables, Mujeres en territorios” demuestra que esa grieta se puede salvar en beneficio del paciente.

Cada eslabón de la cadena es imprescindible para que la estrategia pueda llevarse adelante. Si uno de todos ellos falla, el nudo no logra desatarse. “Lo que yo he aprendido, más valoro y quisiera decirle a otras personas es que sí es posible, en la medida en que trabajemos en conjunto”; enfatiza. y agrega que “el tema no es que sean unos u otros. La invitación es a todos porque todos nos necesitamos, los unos con los otros”.

Para entender lo fundamental del trabajo en equipo y la importancia de alinearse, esta profesional trae otra imagen de la última jornada en el municipio de donde es oriundo el famoso ciclista colombiano Rigoberto Urán. En el municipio de Urrao son reconocidos los helados. Y cuando terminaron la tarea ella recorrió todo el pueblo hasta encontrar la fábrica de los populares helados.

El equipo terminó comiendo paletas, como “una forma de darles las gracias a todas las personas que hacen parte del equipo de trabajo” por su compromiso. Fue también, de algún modo, una fiesta, como la que vivía Dora de niña, pero ahora desde otro lado: habiendo sido ella la que llevó a centenares de mujeres el acceso al derecho a la salud.

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